domingo, 24 de mayo de 2009

Marzo Pathfinder 2009
Cuentos de Tombuctú
Tombuctú está en una carrera contra el tiempo. Hace mucho tiempo, construyó
su fortuna del oro y de la sal. Hoy en día, la ciudad está intentando rescatar un
tesoro aún más maravilloso de su pasado.
Por Marissa Moss
Algunos dicen que Tombuctú es el fin del mundo. Pero no lo es. Queda en el
corazón del país de Malí, un lugar en África con una historia larga y rica en cuentos.
Las arenas extensas del Sáhara se encuentran a su norte. Las aguas nutritivas del río
Níger, fluyen al sur.
Hubo una vez que Tombuctú era la ciudad más preciada de Malí. Entra a un mercado
de Tombuctú hoy y podrás sentir el calor del sol. Sientes la arena bajo tus pies.
Mira alrededor y verás los edificios de color arcilla. Algunos edificios tienen agujas
que sobresalen en el cielo soleado.
Las mujeres vestidas con faldas de colores brillantes pasan caminando. Pasas por las
canastas llenas de arroz blanco y de mijo. Ves los tomates rojos y los cacahuetes
dorados, las sandalias de goma y los baldes de plástico. Hay un fuego anaranjado que
arde en un horno de arcilla donde una mujer está horneando pan fresco.
Resucitando el pasado
En una parte del mercado, un hombre bastante mayor se prepara para contar un
cuento. Te sientas enfrente de él. Él se pone en cuclillas y te sirve un té. Él es un
griot, un narrador de cuentos tradicionales.
Si vivieras en Malí, esta sería una de las maneras en que aprenderías sobre tu país.
Los griot cantan sobre los reyes y los magos. Cantan sobre las guerras y los viajes
del pasado. Se ha compartido la historia de esta misma manera por muchas
generaciones.
Este griot ha contado la historia del famoso pasado de Tombuctú miles de veces.
Escucha mientras te transporta 700 años atrás, al siglo 14. El griot comienza su
cuento como siempre lo acostumbra...
“Hace mucho tiempo, cuando Malí era un reino poderoso, había un gran rey llamado
Mansa Musa. Él transformó Tombuctú en una Ciudad de Oro. Camina por
Tombuctú hoy, y todavía podrás ver la enorme mezquita que el rey construyó. El
oro del pasado ya desapareció. Pero hay otro tesoro que permanece”.
Viaje de oro
El griot continúa su cuento. “Mansa Musa era un hombre sabio y religioso. Hizo una
peregrinación a La Mecca, una ciudad sagrada. Viajó con miles de sus seguidores y
una gran carga de oro. El hizo el viaje con su primera esposa y 500 sirvientes.
“Una línea de 100 camellos se extendía hasta donde alcanzaba la vista. Cada camello
cargaba 140 kilogramos de oro. Quinientos esclavos seguían a los camellos, cada
uno cargando un pesado bastón de oro. Miles de personas ordinarias caminaban tras
los esclavos. Parecía ser una ciudad entera que iba serpenteando por el desierto”.
Un nuevo tesoro
“El viaje le tomó un año a Mansa Musa. Donde llegaba, el rey regalaba su oro.
Cuando llegó a La Mecca, ya no había oro. Eso no le importaba a Mansa Musa.
Ahora su nombre era un sinónimo del oro. Cuando la gente oía de Tombuctú, no
pensaba en chozas de lodo. Al contrario, se imaginaban una gran ciudad de oro
brillante.
“Mansa Musa regaló todo su oro. Pero regresó a casa con otro tipo de tesoro: el
conocimiento. Los camellos traían libros de medicina, de matemáticas, de derecho y
más. Los eruditos regresaron con el rey. También llegó un arquitecto, o diseñador de
edificios. Ellos ayudaron a transformar la ciudad de Tombuctú en una ciudad de
mezquitas, bibliotecas y escuelas. Había sido un centro de comercio. Ahora era un
centro de aprendizaje, de cultura y de religión también. Tombuctú era una verdadera
cuidad de oro”, cuenta el griot.
Recuperando el pasado
Han pasado varios siglos desde que Mansa Musa gobernó. Malí pasó por tiempos
difíciles. Las rutas de comercio cambiaron del desierto al océano. Otras tribus y
otros países quisieron gobernar Malí. Algunos comenzaron batallas y causaron
grandes daños.
En 1960, Malí finalmente se convirtió en un país independiente. Ningún otro país lo
controla. Hoy en día es una de las naciones más pobres. Pero todavía tiene un tesoro
incalculable: los libros de su época de oro en el pasado.
Muchos de estos libros antiguos están envueltos en cuero. Algunos están escritos en
papel; otros en corteza de árbol o hasta en la piel de gacela. Muchos están escritos en
fluidas letras arábigas. Las páginas están llenas de ideas sobre las estrellas, las
matemáticas, la historia, la religión y aún más. Los libros nos permiten comprender
el brillante pasado de Tombuctú. Algunos se tratan de cómo lograr la paz. Esas
ideas desde hace siglos tal vez nos puedan ayudar ahora.
Pero estos libros están en peligro. Con el paso de los siglos, las familias han tratado
de protegerlos. Pero la arena, el clima y hasta las termitas han dañado los libros.
Algunos se desmoronan en bibliotecas privadas y en armarios de cocina. Otros yacen
enterrados bajo la tierra o se encuentran escondidos en cavernas. Y otros aún, están
en baúles de cuero de nómadas ambulantes.
Los científicos están trabajando muy duro para poder rescatar estos libros. Los están
conservando con mucho cuidado. Están usando escáneres y cámaras especiales para
poder guardar los libros en las computadoras, lo cual les permite crear una biblioteca
digital. Dentro de poco, los eruditos por todos lados podrán entrar al Internet y
aprender del maravilloso pasado de Tombuctú.
Tesoro para llevar
Antes de que te vayas, el griot comparte contigo un antiguo dicho de Malí: “Para
triunfar en la vida necesitas tres cosas—el brasero, el tiempo y los amigos”. El
brasero es una estufa que calienta el agua para el té. El tiempo es lo que necesitas
para preparar el té. Y los amigos son lo que necesitas para beberlo. Si tienes amigos
y té, ¿cómo pueden quedarse atrás las buenas historias?
Hoy, el griot te contó una famosa historia de famoso pasado de oro de Malí. Los
libros antiguos y las computadoras modernas también están ayudándole a Malí a
compartir sus historias con todo el mundo. Mientras bebas las últimas gotas de tu té,
pregúntate: ¿Qué historias de Tombuctú te llevarás contigo a casa?
Palabras sabias
arábigo: lenguaje que se habla en el medio este y en el norte de África
cultura: el estilo de vida, las ideas, las costumbres y tradiciones de un grupo de
gente
mezquita: un templo que los musulmanes usan para orar
nómada: una persona que no vive en un lugar fijo todo el tiempo
peregrinación: viaje que se hace para ir a un lugar sagrado
El oro y la sal
El oro y la sal ayudaron a crear las riquezas de Tombuctú. Los mineros sacaron el
oro de las minas en la zona al sur del imperio Malí. Los trabajadores colectaron la sal
en el desierto norteño. Sacaron de la arena placas de sal que pesaban 23 kilogramos
(50 libras).
Es fácil entender por qué el oro era tan valioso. ¿Pero la sal? Verás: la gente quería
la sal porque le daba sabor a la comida. También usaban la sal para conservar la
comida, lo cual permitía que la comida durara mucho tiempo sin pudrirse. En ese
entonces, era difícil encontrar la sal en otras partes del mundo. La gente en Malí
hasta usaba la sal como si fuera dinero. Hubo un momento que la sal ¡valía tanto
como el oro!
Los comerciantes llevaron el oro, la sal y otras mercancías de Malí para venderlas en
otros lugares. Regresaron con especias, seda y más. Tombuctú, donde el desierto se
encontraba con el río, era el lugar ideal para que llegara a ser el centro de comercio
más grande de Malí. Quedaba en el cruce de las rutas de comercio para los
comerciantes que viajaban hacia el norte, rumbo a Europa y Egipto o hacia el sur,
rumbo al Océano Atlántico.
Los comerciantes remaban de arriba abajo por el río Níger. Cruzaban el desierto en
caravanas de camellos. De todas las mercancías que vendían, el rey colectaba
impuestos, o dinero. Así fue cómo el reino se hizo muy rico.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Pedro,
gracias por tu comentario en el blog. Conocía tu trabajo y me encanta!En este momento estoy especialmente sensibilizada con Africa, y más con la infancia de Malí y Etiopía en particular. Nada mejor que un cuento /leyenda para acercar a los niños de uno y otro lado del mundo la realidad del otro.
Un abrazo!

Anónimo dijo...

http://africaenelmundo.blogspot.com/2008/11/el-cuentacuentos.html

En esta entrada hablé de tu precioso trabajo.
Saludos!